Nuestro Mayor Miedo




Tenemos miedo de nuestra oscuridad, pero preferímos vivir en la sombra, que paradoja. Lo que realmente nos asusta es la grandeza que brilla en nuestro interior, mirarnos al espejo y aceptar esa luz soñadora que ilumina la vida.

Gracias amigos por estár ahí :)






Texto



Me siento como una flor que crece inquietante entre las grietas del asfalto,
Rompiendo estadísticas razonables,
Creando paradojas que definan sueños despiertos,
Y despiertos soñando,
Usando palabras que te dejen pensando lo que sientes,
O sintiendo lo que piensas.

Te veo con el oído atento al tono, y a la frase,
O a la coincidencia,
Como esa canción de amor que define tu historia,
Cuando termina y cuando empieza.

Cuando al principio Cupido es un sabio angelito,
Con su flecha acertada,
Pero si luego se hace herida,
Se convierte en un demonio,
Con risa de hienas,
Y tú en un paria,
Vendido a unos labios que ya no podrás besar.

He oído a personas explicar e intentar convencer de que la vida es una putada,
Que algunas veces parece que es tu contrincante en el ring,
Que el tiempo es un cruel tic tac que coacciona,
Y la muerte un susurro frío que tintinea tu fin.

Y es que algunas veces la melancolía se vuelve nuestro mejor amigo,
Usando la tristeza de vestido,
Empapado de lágrimas enrabietadas
Versos de cruda realidad,
Bebiendo un jarabe amargo que cure la tos de las palabras marchitas en mi garganta,
O las mariposas congeladas en el estómago en soledad.

Ponemos el alcohol como ayuda para las penas,
Y nos hundimos en una piscina llena de problemas,
Creemos que el humo llena vacíos,
O nos evade y nos hace interesantes,
Aunque lo interesante sería escuchar que piensas nuestros pulmones del cáncer.

Y es que nos autodestruimos por miedo,
Nos desvalorizamos con palabras,
Y no humillamos con hechos.

Y luego crees que tienes miedo de tu oscuridad?
Si la oscuridad tiene pase VIP en esta vida,
Es nuestra luz lo que nos aterra,
Escucha y siente las palabras de Nelson Mandela:

“Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es que somos inmensamente poderosos.
Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, lo que más nos asusta.

Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, precioso, o lleno de talento?
Pero en realidad, ¿quién eres tú para no serlo?

Eres hijo de Dios, jugar a ser pequeño no sirve en este mundo.
No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.
Nacemos para hacer manifiesta la gloria del Universo que está dentro de nosotros, esto no está en algunos, sino que está en todos nosotros.

A medida que nos permitimos que nuestra luz se irradie, inconscientemente estamos permitiendo que otras personas hagan lo mismo.

Al liberarnos de nuestro miedo, nuestra sola presencia libera a otros”

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