Ansiedad: "En busca del alimento emocional"


Ansiedad
"Alimento Emocional"

La ansiedad es un aspecto bastante común en nuestras vidas, pero resulta tan común que se ha hecho parte de la rutina de muchos seres humanos, cayendo una y otra vez en las mismas repeticiones inconscientes. Nos saltamos nuestra alimentación para meternos un atracón que no termina nunca, nos mordernos las uñas como si fuesen un bistec, o en general, hacemos cosas desmesuradas e incontrolables intentando llenar esa ansiedad. El problema es que:

"Nada del exterior puede llenar un vacío del interior"

Esta es la razón por la que cuando comemos con esta sensación no encontramos saciedad, o que al mordernos las uñas no paramos hasta que no se puede más. 


Ahora vamos a aclarar conceptos sobre la simbología de nuestro inconsciente. ¿Por qué la ansiedad nos hace, por ejemplo, comer de forma desmesurada? Busquemos la lógica del inconsciente. Cuando estamos contentos una de las formas de celebrarlo es comer y beber, creando así una asociación de: Emoción = Comida. Estos programas ancestrales vienen desde hace miles de años atrás, llegando incluso hasta las culturas más jóvenes donde la comida era disfrutada con las manos. Por esto las uñas forman parte del "Alimento Emocional". De hecho, en los bebés es muy común que se chupen el dedo pulgar de la mano. El dedo pulgar significa alimento emocional, es una forma de calmar la ansiedad del anhelo del amor de nuestros padres y en especial el de la madre. Ojalá el mayor de nuestros problemas sea que nos chupamos el dedo, pero en realidad hay personas que engordan de forma descontrolada intentando llenar este vacío. Cuando una persona engorda es una forma de protegerse de algo, ese vacío crea vulnerabilidad y cuando la persona intenta solventar la ansiedad comiendo, también se está protegiendo.

Observando esto podemos prestar atención a cómo intentamos saciar nuestra ansiedad inconscientemente. Comiendo y engordando puede ser protegernos de algo, mordernos las uñas dependiendo del dedo puede darnos algunas pistas, ir de compras compulsivamente también nos está contando algo, simplemente atención cuando nos movemos inconscientemente.

¿Qué podemos hacer para evitar estos ataques de ansiedad?

Antes de nada aclaremos que la ansiedad no es "mala", es una forma de avisarnos de que algo nos preocupada, anhelamos o nos frustra. La ansiedad nace de la frustración, del miedo al futuro, la vergüenza e incluso de la necesidad de tener. Así que el primer paso es darnos cuenta de nuestra ansiedad, si no somos conscientes de donde se nos presenta (y como hablamos, algunas veces parece parte de la rutina) será como mirar tapándonos los ojos y nos quedaremos atrapados en la ansiedad inconsciente. La ansiedad nos cuenta un problema inconsciente que necesita ser solventado y hasta que este no sea observado e integrado, la ansiedad seguirá enviándonos mensajes.

Una vez aceptemos nuestra ansiedad podemos descubrir la emoción que la alimenta, por ejemplo:
¿Cómo me siento cuando necesito comer impulsivamente? ¿Estoy nervioso, preocupado, tengo miedo...? ¿Qué intento llenar comiendo?...

Sabiendo la emoción tras la ansiedad, inconscientemente estaremos re-afirmando un detalle que conscientemente no nos esteramos. Algo tan simple como que somos Seres Humanos.
Esa necesidad impulsiva de hacer algo para acabar con esa ansiedad es la creencia de que eso no nos puede afectar, que no lo queremos, que es "malo" para nuestras vidas... No nos creemos que somos seres humanos, sentir ansiedad es naturalmente humano y si surge en nuestras vidas no es para correr al médico a hincharnos a pastillas, si no para escuchar qué nos está pasando que necesita ser escuchado por nuestro consciente para integrarlo en la vida. Es como echarle abono a un árbol, por mucho que intentes tapar, en realidad lo estás alimentando, y lo que empezó en una ansiedad ignorada puede transformarse en una depresión. Y todo por no dejarse sentir.

Una vez seamos conscientes de la emoción e incluso del conflicto que nos hace tener ansiedad, llega el momento más dulce y más amargo...
Transformación

En este punto cuando sentimos la ansiedad es incómoda, porque deseamos fervientemente librarnos de ella. Pero la actitud para escuchar y el deseo de aprender puede cambiarnos completamente. 

Podemos comenzar enfocando la ansiedad en otras cosas, por ejemplo, si antes arrasábamos la nevera con la ansiedad pues probemos a enfocarlo en ir a pasear, hacer deporte, escribir (expresar)... El tema está en que no hagamos lo mismo que hacíamos siempre, que creemos un movimiento diferente... Pero esto no resolvería totalmente la ansiedad.

La raíz está en el conflicto desencadenante que nos crea la ansiedad y el momento programante donde está el verdadero conflicto que nos hace tener la ansiedad. Para ello nos tendremos que remontar en el pasado, ¿Cuándo fue la primera vez?

Cuando descubramos el programante, el último eslabón estará en nuestro árbol, algo que tengamos que sanar, repetir... Una mirada consciente al árbol nos dará la pieza del puzle que faltaba. Entonces tendremos que hacer un duelo parar separarnos de esos programas, una cuarentena estaría genial. Simplemente: Darse cuenta, aceptar, observar, aprender, comprender y sanar...

Solo necesitamos respirar y confiar en la vida, confiar en nosotros mismos y no limitarnos...

Nuestro cuerpo es perfecto y sabe moverse por este mundo. La mente está genial, pero mejor que no sea la protagonista, porque nos aleja de lo que verdaderamente somos todos, Humanos.




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