Las Compañías que Frecuentamos - "Recibes lo que Das"



Es muy curioso como el ser humano es una fuente que emana y recibe energía. Nuestro corazón tiene un campo energético que afecta a los demás seres con los que nos cruzamos. La intensidad y estabilidad de este campo se transforma dependiendo de nuestros pensamientos y nuestras emociones. Cuando tenemos una emoción de rabia o frustración que se alarga en el tiempo, curiosamente observamos que las personas que antes eran amigos, ahora dejan de serlo y vienen otras que coincidan con esas emociones. Incluso con la pareja, cuando uno decide ser negativo y decide ver sólo lo "malo" de la relación. Atención a esto, porque nos invita a reflexionar que, las compañias que frecuentamos, nos hablan de cómo estamos viendo la vida....:

"Recibes lo que das"

Aquello que regalemos al mundo, es lo que la vida nos traerá. Cuando nos veamos en al situación de: ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Observar como ha evolucionado el pensamiento y las emociones desde hace un tiempo atrás. 

Esto es una introducción para hablar de las personas con las que nos relacionamos frecuentemente. Y sabiendo esto un ejemplo puede ser los Grupos de Auto-Ayuda...

Personalmente los grupos de auto-ayuda me resultan una gran ayuda para expresar y sacar aquello que nos corroe por dentro, lo que incluso puede que nos esté afectando ya físicamente, para así aceptar lo que nos pasa y empezar a cambiar las cosas... Pero creo que una vez hecho esto es una pérdida de energía tremenda seguir usándolos para alimentar esos "problemas", porque entramos en un bucle de sufrimiento continuo al proyectar en el grupo nuestro propio poder de auto-ayuda.

Expongo un ejemplo del libro de David R. Hawkins, Dejar ir:

Este fenómeno se hizo evidente en el caso de una mujer divorciada que vino a consulta. Quería saber si debía ir o no a psicoterapia. Sus quejas eran una úlcera recurrente y dolores de cabeza por migraña. A medida que la historia se desarrollaba, la gran amargura sobre su divorcio traumático desafortunadamente salió. Se había unido a un grupo de concienciación feminista, dijo. Ella describió este grupo en particular como casi compuesto totalmente por mujeres divorciadas que estaban amargadas, enfadadas y llenas de odio hacia los hombres. Como grupo, estaban obteniendo una gran recompensa de su negatividad. En realidad, sus vidas eran tristes y mas bien patéticas, mientras luchaban por recuperar su autoestima a través de los extremos y el marcado desequilibrio emocional.

Después de escuchar su historia e investigar las circunstancias de su vida, se le sugirió que en lugar de psicoterapia, siguiera una simple recomendación durante un período de tres meses. Si no funcionaba, entonces, podría reevaluar la necesidad de la psicoterapia. La recomendación se limitaba simplemente a suspender su asociación con el grupo y con sus amigas amargadas y divorciadas y, en su lugar, buscar la compañía de personas que habían logrado restablecerse las relaciones a pesar de divorcios anteriores.

Al principio ella se resistió y dijo que no tenía nada en común con los miembros de ese grupo. Luego reconoció dos hechos básicos. Primero, ahorraba mucha más energía fomentar las relaciones con personas positivas. En segundo lugar, una de las leyes - es "lo semejante atrae a lo semejante"; la amargura atrae a la amargura, mientras que el amor atrae al amor. Se preguntó a si misma: "¿A que me ha llevado mi amargura? ¿He conseguido algo que fuera positivo y útil". A medida que pasaba el tiempo, dejó de pasar tiempo con su grupo y comenzó a buscar la relación con personas más sanas, más equilibradas.

En compañía de gente más feliz, se le estimuló la consciencia de la cantidad de negatividad que estaba conteniendo dentro de sí misma. Ella empezó a ser consciente de que estaba conscientemente manteniendo la negatividad y eligiendo mantenerla, y comenzó a ver el coste de esa negatividad. Su vida social cambió. Se volvió mas sonriente y feliz. Sus dolores de cabeza por migraña desaparecieron. Con el tiempo, se enamoró de nuevo y bromeó diciendo que ¡enamorarse era la mejor cura que había descubierto nunca para la úlcera!

Alimentar la negatividad, o ir allí donde realmente nos sentimos a gusto. Si algo no te gusta, cámbialo, pero recuerda:

"La salida siempre estuvo dentro"




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