Enfermedad y Salud son Estados de Conciencia
La enfermedad es uno de tantos caminos que nos lleva a tomar conciencia de la verdad y acelera el recuerdo de lo que somos y Es.
En la medida que algún órgano del cuerpo deja de funcionar con coherencia el Ser Humano se ve obligado a recogerse en sí mismo para mirar hacia dentro y escuchar su interior, pues en nuestro caminar lo que no se hace por convicción, se necesita hacer por convulsión, para descubrirse, amarse y darse cuenta de lo verdaderamente importante.
Si contemplamos con atención y templanza la enfermedad o cualquier pequeña alteración que tengamos en nuestro cuerpo físico, nos daremos cuenta que nos reclama atención para dialogar con nosotros, dándonos las claves de aquello que tenemos que liberar y transmutar y que nos mantenía en la incoherencia y lo absurdo, para tener la Salud que ya somos.
La enfermedad nos propone un desafío, observar las sombras que nos dominan, romper con todos aquellos viejos hábitos que nos mantiene en un bucle de miedos, apegos, dependencias, emociones reprimidas y sufrimientos, retomar nuestra autenticidad, siendo fieles a nuestro sentir, escuchando nuestra intuición y sobre todo aprender a estar presentes viviendo de una manera mucho más consciente.
La enfermedad nos propone hacer una Metamorfosis, Solta, dejar morir una parte de la vieja personalidad y Nacer de Nuevo con una configuración distinta de nosotros mismos.
Para mí, esto es un Acto de Amor que nos lleva a la instauración del equilibrio llamado Salud.
¿Y que es la Salud? Un Estado de Conciencia
“Enfermedad y Salud solo son estados de Conciencia”
Ante la enfermedad formulemos una pregunta simple pero de sorprendentes resultados ¿Que intención evolutiva trae éste acontecimiento? Las respuestas llegan por vía intuitiva, insinuando una progresiva maduración y la apertura de valores y cualidades insospechadas. Desprendiendo defensas y corazas, a través de nuestra más íntima mirada.
El Amor es un "Estado de Conciencia" en el que, lo Profundo se abre y se revela.
Joseph Campbell escribió:
"Sólo mediante el descenso al Abismo, recuperamos los tesoros de la Vida. Allí donde tropiezas está el tesoro. La misma caverna donde te asusta entrar resulta ser la Fuente de lo que Vive permanentemente tu Vida."
La medicina actual es cada vez más consciente de factores psicológicos y biológicos tales como la voluntad de vivir y los significados que la mente del paciente procesa mientras duran los excepcionales cambios de vida que su enfermedad conlleva. La técnica terapéutica más cartesiana y mecánica está integrándose en una medicina del alma que contempla aspectos desconocidos de recuperación que, a simple vista, se parecen más a un milagro que a un proceso controlable y predecible por la ciencia.
El sentido profundo de la vida, la presencia del Espíritu y la visión transpersonal de la existencia que
hacemos en este psicocuerpo, se manifiestan mediante una corriente intuitiva a la que se accede en el
silencio del alma. Se trata de un estado mental que aflora mientras dura la llamada enfermedad. Cuando el psicocuerpo da señales de alarma y nos llama al descanso y a la interiorización, algo más grande está sucediendo en la conciencia. Algo que señala aspectos, hasta entonces desconocidos y cuyo alcance servirá para mejorar la calidad de vida y la relación profunda con el núcleo del Ser.
La enfermedad es la gran oportunidad de reflexión y contemplación, un estado de conciencia que “se libra” del despiste de lo esencial, un despiste propiciado por el cotidiano afán de lucro y la neurosis inherente a un ritmo de vida superficial.
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