EL ÁRBOL GENEALÓGICO ES UN ENGRANAJE PERFECTO

el árbol genealógico es un engranaje perfecto

¿Alguna vez has mirado a alguien de tu clan y has pensado que jamás serás como él o ella? o todo lo contrario, ¿has pensado que te encantaría ser igual? Rechazar o admirar a alguien del clan, está basado en un juicio de lo que pensamos que es mejor para nosotros, según nuestras circunstancias de vida, que a su vez, está determinado por la información que hemos aprendido, como, por ejemplo, la educación. Ya que en realidad no vemos a la persona, sino lo que pensamos de ella. Si por un momento nos permitimos mirar a esa persona como un libro abierto que habla de nosotros mismos, podremos encontrar aprendizajes que nos ayuden a conocernos y entonces, encontrar el sentido oculto de las experiencias de nuestra vida, sean difíciles o alegres.

Pensemos en el árbol genealógico como un engranaje perfecto, donde cada pieza mueve a la otra y todas juntas son un organismo perfecto. Desde este prisma, dejando a un lado el juicio hacia la persona de si era buena o mala, su actuación es la necesaria para que nosotros nos movamos como lo estamos haciendo. De forma inconsciente nos complementamos, ya sea de forma repetitiva o polarizada hacia todo lo contrario, no deja de ser una forma de darle sentido a todo el organismo. Visto desde una perspectiva mecánica, gracias a que papá gira muy rápido y mamá gira muy despacio, yo puedo girar a una velocidad intermedia, equilibrando así el sistema. Esto en una situación real lo vemos, por ejemplo: Gracias a que papá no protegía a la familia y mi mamá para sacarnos adelante nos sobreprotegió, yo ahora busco a una pareja que me sobreproteja como mi madre, ya que es, inconscientemente, lo que me ha ayudado en la infancia.

De igual forma vemos aquí porqué cuesta tanto cambiar dentro de la familia. Ya que somos un engranaje, el hecho de que uno cambie, es decir, comience a moverse de forma diferente, está obligando a cada pieza del organismo a cambiar su movimiento y es aquí donde se encuentran las resistencias, ya que como interpretamos que nuestro movimiento está haciendo daño a la familia, dejamos de hacerlo, aunque en realidad, tan solo se están adaptando. De igual forma, para la otra persona nuestro cambio puede ser tan intenso, que su propia resistencia le haga vivir una lucha interna que, incluso, puede llegar a necesitar irse de nuestro lado, lo que en todo caso, formará parte del proceso.

Pensemos que ningún mar en calma hizo a un marinero experto. Las dificultades que enfrentamos nos ayudan a sacar lo mejor de nosotros mismos. Si no encontrásemos momentos donde no poder continuar, o no saber hacer algo, o no encontrar la forma de solucionar un conflicto, no veríamos nuestros límites y por lo tanto, nunca nos mejoraríamos a nosotros mismos. Tenemos que confiar más en el proceso de cada persona y en la vida en sí, que aunque parezca que está inmerso en el caos, todo está cooperando para que eclosione a una nueva persona más conectada con su ser. Esto no significa que no ayudemos, pero ayudar es acompañar a que el otro aprenda, no imponer nuestra verdad.

Siguiendo con la visión hacia el árbol, es importante comprenderlo tan cual lo vive el inconsciente, desde un punto de vista inocente y que no enjuicia. Nosotros podemos pensar que encontrar a una pareja que nos recuerde a nuestra madre y nos sobreproteja es malo, pero en realidad es una bellísima oportunidad para tomar consciencia de uno mismo y evolucionar. Sobre este ejemplo, cuando toma conciencia de que busca que su pareja le sobreproteja, de repente él mismo comienza a protegerse a sí mismo. No desde un concepto ataque-defensa, sino desde un sentir coherente y amoroso. Cuando él decide tomar un camino que siente en su corazón, a pesar de las voces externas, se está protegiendo. A un nivel más biológico, puede comenzar a no depender tanto de los demás, a tomar sus propias decisiones y a proteger a su pareja. Como su pareja le complementa, inconscientemente, le está invitando a cambiar, donde comenzarán las resistencias, pero como esta persona es consciente, vive las resistencias desde el amor y la comprensión profunda de que es necesario para dejar atrás lo que no sirve y reaccionar de forma diferente. Antes, quizá, él se callaba cuando le regañaba su pareja y se esperaba hasta que se le pasara, pero ahora sin importar el enfado la abraza, le mira a los ojos y le dice que la ama. Esto impacta en lo más profundo de su pareja y de repente, su instinto sobreprotector comienza a desvanecerse porque ahora, se siente protegida por su pareja.

En un estado más elevado y consciente, estas dos personas ya no necesitarán la protección de la otra persona, ni tampoco proteger a su pareja. Lo pueden trascender y saber que ambos se protegen a sí mismos desde el amor.

Por eso hablamos de intentar tener una mente inocente. Hay infinitas posibilidades de solucionar un conflicto, siempre y cuando no lo juzguemos, ya que eso nos hace proyectar, limitando nuestras posibilidades a nuestro concepto mental del problema y de nosotros mismos. Muchas veces pensamos que la única solución es dejar a la pareja porque nos sobreprotege, o dejar el trabajo, o cambiar de ciudad. Algunas veces sí es necesario, frecuentemente se ve cuando la persona que lo hace habla de lo que ella misma necesita y no de lo que le han obligado a hacer los demás por lo malos que son. Si haces un cambio así pensando que el responsable de tu mal estar está fuera, seguramente se vuelva a repetir en tu vida, ya que no has aprendido nada.

Pensemos que hay un inconmensurable mar de información moviéndose inconscientemente a nuestro alrededor. Un mar que nos nutre, nos sustenta y nos ayuda a experimentar esta vida. Hagas lo que hagas, estés sentado en silencio, o trabajando muy duro, siempre estás haciendo el 1% de todas tus posibilidades. El 99% se está haciendo a través de ti sin que seas consciente, por ello debemos confiar en el universo y su perfecto orden. Para una comprensión más profunda invito a leer "El poder contra la fuerza", de David Hawkins. A escala macrocósmica, toda la material del universo conocido, no es más que un 0.03%, mientras que la materia oscura, es decir, lo que no vemos y está pasando de igual forma, es el otro 99,97%. ¿Os lo podéis imaginar? Eres un ser divino fundido con la íntima llama que da vida al universo, confía.

Podemos mirar a la persona que esté en nuestra vida como si fuera una bendición, porque lo es. Mirar sabiendo que nos vemos a nosotros mismos y ahí, amar sabiendo que me amo a través de esa persona, que me abrazo a través de esa persona. Preguntaros, ¿Qué me intento enseñar a través de esta persona? Sin importar lo que uno vive, pero asumiendo lo que uno siente, los momentos más difíciles de la vida, son grandes oportunidades para mejorar.

Libro recomendado sobre el tema:




Share this:

, , , , , , , , , , ,

COMENTARIOS

0 comentarios:

Publicar un comentario