Experiencias en Consulta: "El Susurro Del Inconsciente"
Primera Consulta
En esta ocasión me situaba delante de una mujer, la cual vamos a llamar Paula. En nuestra primera consulta, Paula se muestra en sus palabras relajada, abierta y con ganas de aprender, sin embargo su pose era algo rígida.
- Aquí observo a varios personajes: el controlador, el desconfiado, el perfeccionista, etcétera. Esto me lo revelaba su cuerpo, pero sus palabras me hablaban de un cuadro muy distinto....-
Paula en principio me viene a ver por problemas económicos. Desde que se mudaron, la economía fue bajando. Paula vive con su pareja y ambos sostienen este problema económico.
- Los problemas económicos también te hablan de conflictos con el trabajo, todo esto nos muestra al macho, algo profundo con la energía masculina, tenemos que buscar un macho (esto no tiene porqué ser siempre así)-
Conversando llegamos a una respuesta clave, el papá de Paula había vivido en el mismo lugar en el que ella estaba viviendo ahora. Sin más demora nos pusimos al ver el árbol genealógico.
Árbol Genealógico
Paula es doble de su papá por fecha de nacimiento y también heredera universal. Cuando miramos la historia de papá vemos sistemáticos conflictos económicos y laborales. Seguimos mirando y encontramos que la abuela paterna también es doble y directamente, vamos al papá de esta mujer, al bisabuelo de Paula por parte de papá. ¿Qué pasa con él? Pues bien, resulta que este hombre era rumano, es decir, europeo. Paula es argentina y observando fechas, descubrimos que este hombre vivió una guerra mundial: Conciencia de escasez, problemas económicos, miedo.... Ante la situación, este hombre se fue a Argentina para intentar comenzar una nueva vida huyendo de aquel panorama. Esta información la hereda el papá de Paula, teniendo problemas económicos y laborales. Paula repite la historia y se va a vivir al mismo lugar donde vivió su papá.
El mensaje del papá para Paula es: "Haz lo que yo no puse hacer"
Le acompaño mediante una relajación para hacer El Duelo, donde se siente la trascendencia del instante.
Cuando vamos a cerrar, me expresa una necesidad que me mantiene alerta para que no me relaje...: ¿Y ahora qué tengo que hacer?
Cuando alguien pregunta después de la toma de conciencia, está hablando la mente insegura que piensa que hay que hacer algo en concreto para cambiar las cosas. Cuando realmente se siente, automáticamente sabes qué hacer o qué cambiar en tu vida desde ese preciso instante. Es la diferencia entre una mente dominante y un corazón presente.
"Cuando alguien toma plena conciencia, no pregunta, actúa"
Enric Corbera
Segunda Consulta
Al primer contacto siento tensión, una sensación que recorre mi cuerpo y me transporta a una tenue, pero presente tensión. Con esta sensación, comenzamos a charlar cómo le ha ido la semana después de nuestra sesión. De repente, al cabo de 15 minutos me doy cuenta que estamos dentro de un bucle, a Paula no le apetece hablar y lo que se me ocurre decirle no nos lleva a nada.
¿Qué ocurre? Pensé. Así que cambié totalmente mi posición, en vez de intentar darle lo que yo creía, me puse a escuchar qué necesitaba ella de mí.
El Susurro Del Inconsciente
Fue tremendo escuchar desde esta posición, de repente me sentía entrando en un laberinto siguiendo el camino de migas de pan que me estaba echando Paula de manera totalmente inconsciente. Era como si su inconsciente me dijera: "Ven por aquí" y mi inconsciente me llevaba a pensamientos e ideas relacionadas con lo que observaba. Así, guiado por Paula, nos vimos hablando de la niñez y Paula, se mostraba con esta tensión que sentí al principio, ¿qué ocurría en su niñez?
Le invito a hacer una relajación, o un viaje como me gusta llamarlo, donde vamos a sentir nuestro cuerpo y nuestro inconsciente para ver dónde nos lleva. Durante la relajación, Paula conecta con una sensación en la cabeza, lo define como un sombrero, de repente, conecta con un recuerdo de la infancia, ella lleva un pequeño gorro.
En el recuerdo, Paula necesita la atención de mamá, pero mamá está ocupada con "otros hombres", ya que papá no está presente en la escena. Ella quiere que mamá le haga caso, así que le invito a que le hable a su mamá y le exprese su necesidad. Ante esta situación, Paula se bloqueó, no podía decirle nada a mamá, tenía miedo.
Al salir de la relajación estuvimos hablando de lo que había sucedido y me comentó otro recuerdo, en este recuerdo ella perdía de forma trágica a su amigo más querido, su perro. El dolor de la herida no solo está en la pérdida, si no en que la familia le ocultó lo que ella ya presentía. Un día abrió una puerta de casa y escuchó a su familia hablar del tema, en ese momento su confianza se derrumbó y un shock se quedó guardado.
Cerramos la sesión comentando que aquí había algo muy grande que necesitaba salir. Le pregunté sobre la tensión que sentía y Paula me confirmó que estaba tensa. Ella me explica que tuvo un día complicado pero, yo me pregunto, ¿sería su mente, que junto con su inconsciente, sabía lo que iba a suceder?
Esta semana fue movida, de repente aprendí a escuchar al inconsciente, lo que siempre ha estado ahí, ahora era escuchado, guiándome así a la fuente. Sentía que el recuerdo de la infancia con el perro era el núcleo de todo el conflicto...
Tercera Consulta
Al comenzar tuvimos que solucionar unos problemas técnicos, "algo" nos estaba avisando de lo que iba a pasar. Teníamos fallos con la conexión a internet y nos retrasamos un poquito. Cuando nos pusimos en marcha le pregunté por la semana y me coloqué en la escucha consciente del inconsciente.
Siendo guiado, sin más dilación, nos pusimos a hablar directamente de su perro. Tras contarme de nuevo la historia, le invité a hacer una relajación que, literalmente, me dictó el corazón para Paula.
La relajación constaba de una entrada a la calma y luego, hablar con la niña de Paula, en este caso sentí que tenía que ser la de 5 años (luego supe que fue a la edad en la que su perro falleció). En la relajación, Paula de 5 años pone delante a su papá, comenzamos a caminar con las sensaciones, las emociones, las necesidades, las preguntas, etcétera. Todo lo que nazca en ese instante. Tras la toma de conciencia que se produjo, lo dejó ir. Luego tenía que hacer lo mismo con su mamá (aquí puse toda mi atención en ese bloqueo que vimos la semana pasada, sin embargo, sentí que tenía ganas de pasar a otra cosa con el tema "mamá". Pero esto son sensaciones mías, ella lo sintió como lo tenía que sentir). Tras todo el transcurso la dejó ir y de la misma manera hicimos lo mismo con su hermana, con la que salió un gran resentimiento escondido.
En esta cuarta puerta que llegaba, le pedí que pusiera a su perro. Hicimos los mismos pasos pero, la gran diferencia, es que Paula con 5 años no podía hablar con su perro, porque su perro estaba muerto.
- Esto me reveló la raíz, Paula arrastraba el fallecimiento de su perro. Nunca tuvo la oportunidad de dejarlo ir...-
En este instante, los problemas técnicos nos cortan radicalmente la relajación, hasta tal punto que tenemos que dejarlo para dos días después.
Ya había experimentado lo que sucedía cuando una persona salía drásticamente de una relajación, me quedé inquieto, pero al mismo tiempo sentía que Paula necesitaba sentir así a su perro. Paula se quedó con unas sensaciones físicas molestas que le recordaban a su perro. Ella me pidió ayuda para quitárselas pero, es que sentía que algo me decía, "todo está bien". Le insistí en que se dejara sentir, que se tomara un calmante si quería pero que sintiera esa sensación.
Cuarta Consulta
Cuando vi a Paula después de lo sucedido, sentí algo tremendamente diferente a lo anterior, algo nuevo se había presentado en Paula y se expresaba por todas sus células, Estaba guapísima, brillaba y reflejaba una sutilidad especial que me relajaba. En ese instante comprendí el para qué de todo lo sucedido.
Al comenzar, como sentía así a Paula, quería disfrutar de ese momento así que, nos pusimos a hablar en una conversación riquísima y llena de los dos. Poco a poco, el inconsciente de Paula me fue guiando de nuevo a ese recuerdo. Entonces se me vino preguntarle, ¿Has hecho el duelo con tu perro? No, me dijo.
Invité a Paula a una relajación que una vez más, era dictada más que aprendida. Cuando estaba en calma, recordé como un flash que Paula recordaba a su perro fallecido. Le dije que me contara de nuevo lo que sucedió, sentía la dificultad y la tristeza. Cuando terminó le dije, "Ahora te toca dibujar a ti, haz lo que quieras en ese recuerdo", "Volver hacia atrás", me dijo, a lo que le contesté con la mano en el corazón, "Hazlo".
No se expresar en palabras lo que brillaba ese instante, lo que desprendía Paula estaba más allá de cualquier cosa, la trascendencia de sentir a su perro fue sublime. En ese momento conectamos con la relajación que se nos cortó y, esta vez, Paula podía hablar con su perro porque ahora, estaba vivo.
Le pedí que se despidiera e hicimos un acto de psicomagia. Tras salir de la relajación le pregunté qué era lo que le apetecía en este instante, dormir, me dijo. Así que para no entretenerla sencillamente le dije:
"Paula, ¿has sentido eso?, esta sensación siempre ha estado en ti, tu perro ha estado, está y estará vivo en ti siempre. Tal vez el cuerpo perece, pero la profundidad, nuestra energía, sencillamente se transforma. Tu perro vive en ti, él cruzó ese paso de peatones contigo y hoy, te has abierto a sentirlo. Tengo que darte las gracias de todo corazón Paula, hoy me has dejado contemplar toda tu vulnerabilidad y al mismo tiempo, toda tu grandeza. Gracias por permitirme caminar a tu lado y acompañarte, Gracias"
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